6 consejos para superar un ataque de pánico

Aunque en la mayoría de los casos un ataque de pánico no es peligroso, puede ser una experiencia muy desagradable. ¿Has sufrido uno alguna vez?

Con estos 6 consejos aprenderás qué puedes hacer para superar un ataque de pánico.

 Tiempo de lectura: 4 minutos

1. Reconoce el origen de la tensión

Un ataque de pánico puede producirse en diferentes situaciones, por ejemplo, cuando se tiene mucho miedo. Además, el estrés y el cansancio también son desencadenantes.

Las culpables son las hormonas del estrés: el cortisol y la adrenalina. Estas hormonas hacen que funcionemos en situaciones estresantes, pero si la dosis en nuestro cuerpo es demasiado alta, podemos sufrir un ataque de pánico. ¡Por eso es importante reconocer síntomas de tensión a tiempo!

Puedes sufrir dolores de cabeza o estómago, preocuparte mucho y estar irritable. Son señales de alarma que conviene no ignorar.

2. No te resistas a la sensación

Acepta que estás sufriendo un ataque de pánico. No siempre podemos controlar nuestros sentimientos, pero sí podemos elegir cómo manejarlos. Durante un ataque de pánico, nos sentimos ansiosos y sufrimos pensamientos negativos. En lugar de resistirte a este sentimiento, centra tu atención en otra cosa para alejarte de toda la negatividad. Ser consciente del aquí y ahora puede ayudarte a conseguirlo. Por ejemplo, prueba el siguiente ejercicio de atención plena: ¿Cómo sientes los dedos de los pies? ¿Los tobillos? ¿Las pantorrillas? Recorre todo tu cuerpo. Es un ejercicio sencillo pero eficaz para ser más consciente.

3. Cuéntale a alguien cuando sientas pánico

Es bueno no estar solos en caso de sufrir un ataque de pánico. Un abrazo o simplemente la idea de que estás en compañía de un ser querido puede hacerte sentir más seguro/a.

4. Concéntrate en tu cuerpo

¡Pónte en movimiento! Moverse tiene un efecto positivo sobre la cantidad de hormonas del estrés en el cuerpo. Si te mueves, notarás que empiezas a sentirte mejor. Por ejemplo, da un paseo o sube y baja las escaleras. No importa lo que hagas mientras te muevas. Además, como tu cerebro tiene que concentrarse en moverse, hay menos espacio para la ansiedad.

Otra cosa que puede ayudarte es practicar un ejercicio de respiración. Puedes ponerte una mano en el vientre y sentir como se mueve de arriba a abajo mientras inhalas y exhalas despacio. Al hacer esto, notarás que te tranquilizas.

Respira mejor con estos ejercicios.

5. Busca distracciones

¿Qué es lo que normalmente te da energía? ¿Qué te ayuda a relajarte? Sé amable contigo mismo/a. Ya sea acurrucándote en el sofá con una manta para ver tu serie favorita o dando un paseo en bici, lo importante es que distraigas tu mente de los pensamientos negativos.

 6. No evites las situaciones que desencadenan el pánico

Un ataque de pánico es muy desagradable. Si has tenido uno, puede que tengas miedo de tener otro. Entonces puede resultar tentador evitar la situación que desencadenó el ataque de pánico, ¡pero esto no te ayudará a largo plazo! Por lo tanto, intenta buscar estas mismas situaciones, de preferencia en compañía de alguien en quien confíes. Una vez que hayas tenido varias experiencias positivas, la ansiedad y el pánico pueden disminuir.

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