¿Alergia al polen? 5 consejos para prevenir los síntomas
¡Ya casi llega la primavera! Días más largos, sol, tardes en el parque y… ¿una molesta alergia al polen? Tenemos algunos consejos para ti.
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La primavera es una estación colorida en la que la temperatura comienza a subir y las plantas vuelven a florecer. Para muchas personas, sin embargo, este periodo no es tan alegre: estornudos, ojos llorosos, nariz taponada o que gotea, respiración sibilante…
Si no es por experiencia propia, todos conocemos a alguien que se enfrenta a esto.
Pero ¿qué es una alergia?
Explicada de forma sencilla, una alergia es una reacción anormal de nuestro organismo contra sustancias extrañas que en sí mismas no son realmente patógenas. En otras palabras, el cuerpo reacciona de forma exagerada ante algo que en realidad no es peligroso.
Las estimaciones de la incidencia de alergias oscilan entre el 10% y el 30% de la población. A escala mundial, los problemas son más frecuentes en el mundo industrializado y se dan más entre los jóvenes que entre las personas mayores.
Esto se explica en parte por la “hipótesis de la higiene”. Esta hipótesis afirma que, debido a la mejora constante de la higiene y la prevención de las enfermedades infantiles, el sistema inmunitario humano no aprende a responder “normalmente” a estímulos inofensivos.
Los alérgenos pueden ser de muy diversos tipos: el polen de las plantas, la caspa de los animales, los ácaros, los mohos, los componentes de ciertos alimentos… ¡la lista es interminable!
Los alérgenos pueden “atacar” al organismo por varias vías: inhalados, ingeridos, inyectados o a través de la piel. Por ello, la reacción del organismo puede adoptar distintas formas:
- Problemas respiratorios: secreción nasal, estornudos, congestión nasal, vías respiratorias estrechas, sibilancias.
- Problemas cutáneos: enrojecimiento, piel caliente, picor, erupciones.
- Problemas oculares: ojos rojos.
- Síntomas generalizados: baja presión, fiebre, shock.
Así que ¡una alergia no es igual a otra!
Las alergias a los medicamentos suelen ser las más peligrosas. Tal vez los ejemplos más conocidos en este contexto sean las alergias a determinados antibióticos como la penicilina. Este tipo de alergia puede producir un shock anafiláctico, que en algunos casos, puede ser mortal.
La alergia al polen no suele representar un peligro para la vida, pero eso no significa que no sea extremadamente incómoda.
¡Tenemos 5 tips para ti!
La eliminación de este alérgeno de nuestro alrededor es casi imposible, pero podemos tratar de reducir nuestro contacto con él:
- Lava tu cabello por la noche, antes de acostarte. Esto evitará que el polen acumulado en el cabello y en la piel se asiente en la almohada.
- Lava tus sábanas y ropa tanto como sea posible y ¡no las dejes secando en el exterior!
- Evita dormir con la ventana abierta.
- Elige ventilar tu habitación temprano en la mañana, antes de la polinización. Durante el período de polinización, los pólenes son particularmente abundantes al final de la mañana y al comienzo de la tarde. También abundan en días muy soleados, sin precipitaciones y con viento moderado. Por el contrario, la lluvia reduce la cantidad de polen en el aire.
- Lleva gafas de sol que protejan los ojos del polen y gorro para limitar la acumulación en el pelo.
Te compartimos este artículo con más consejos para prevenir la aparición de alergias.
Si tienes dudas sobre el origen de la alergia o si los síntomas son demasiado incómodos o te impiden llevar a cabo tus actividades diarias con normalidad, ¡habla con tu médico!
También recuerda que algunos remedios naturales y suplementos alimenticios pueden ayudarte a contrarrestar los efectos de las alergias. Nuestra recomendación como antihistamínico y antialérgico natural es Grape Seed OPC.