¿Sabes cómo cuidar de tu flora intestinal?
La salud de nuestra flora intestinal es esencial para nuestro sistema inmunitario. ¿Sabes cómo cuidar de ella?
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Miles de millones de bacterias habitan de forma natural en nuestro tubo digestivo. Sin esta microbiota intestinal, ¡sería imposible vivir! De hecho, es esencial para nuestra digestión: permite la asimilación de ciertos nutrientes y participa en la síntesis de vitaminas esenciales. También interviene en la regulación de nuestro peso y en el funcionamiento de nuestro sistema inmunitario. Entonces, ¿cómo podemos cuidar de nuestra flora intestinal?
1. Come más fibra
La fibra es un carbohidrato complejo que se encuentra en las plantas, como la pectina o la celulosa. Numerosos estudios científicos han demostrado que una dieta rica en fibra contribuye a una mayor diversidad de la microbiota intestinal. Cuanto más rica y diversa es la microbiota, mejor funciona y nos protege de ciertas enfermedades. La fibra también tiene la ventaja de facilitar el tránsito intestinal: combate el estreñimiento, favorece la saciedad y retarda la sensación de hambre.
Además de por medio de una alimentación rica en frutas, verduras y legumbres, podemos consumir fibra y otros nutrientes por medio de un suplemento alimenticio a base de probióticos.
2. Consume productos lácteos
Los productos lácteos procesados, como el yogur y el queso de vaca, cabra u oveja, contienen bacterias «buenas» que pueden reforzar la microbiota intestinal. Más concretamente, son bacterias o fermentos lácticos, como los lactobacilos y las bifidobacterias.
3. Enfócate en la lacto-fermentación
Para mejorar tu ingesta de probióticos, también puedes optar por los llamados productos lacto-fermentados. Se trata de frutas o verduras fermentadas en un medio salado en ausencia de oxígeno, como el chucrut, los pepinillos, el kimchi coreano, etc., o alimentos preparados en salmuera, como los encurtidos y las aceitunas negras. También existen bebidas basadas en el mismo modelo, como el kéfir y la kombucha, que se preparan en un medio dulce. Todos estos preparados tienen un efecto beneficioso sobre la diversidad de la microbiota intestinal.
4. Reduce tu consumo de azúcar
Una alimentación rica en azúcar podría desequilibrar la microbiota intestinal y favorecer las bacterias de acción proinflamatoria. En el día a día, puedes intentar poner poco a poco menos o nada de azúcar en el café o el té. Y si te gusta la repostería, sustituye el azúcar por frutas como la manzana o el plátano, por ejemplo, que tienen la ventaja de aportar fibra y nutrientes además de su poder edulcorante. Cuidado con los productos ultraprocesados y los platos precocinados, que a menudo contienen mucha más azúcar de lo que cabría esperar. Por último, cuidado con los edulcorantes: estudios recientes han demostrado que el consumo regular de algunos de ellos pueden desequilibrar la microbiota intestinal y alterar su funcionamiento.
5. Cuidado con los antibióticos
Como su nombre indica, los antibióticos atacan a las bacterias, tanto patógenas como «buenas» de nuestra microbiota intestinal. Esto explica algunas de las molestias intestinales cuando se toman antibióticos. Por tanto, es mejor favorecer, siempre que sea posible, los tratamientos locales (cremas, óvulos, etc.) o el uso de medicina natural.